¿Cansado de necesitar tres cafés para arrancar el día o una copa de vino para bajar revoluciones? Bueno, un grupo de personas dijo: “¿Y si en vez de eso, te electrocutás la frente… pero suavecito?”. Así nació Thync Calm, un wearable que parece sacado de Black Mirror, pero es bien real.
Este pequeño dispositivo se coloca justo en la frente (sí, como una diadema de ciencia ficción), y envía impulsos eléctricos directamente a tu sistema nervioso. ¿El objetivo? Alterar tu estado de ánimo. Dependiendo del modo que elijas en su app, podés sentirte más relajado o con más energía, sin necesidad de café ni alcohol.

La idea detrás de Thync es que ciertos tipos de estimulación eléctrica pueden activar respuestas del sistema simpático o parasimpático (los que regulan estrés y energía). Básicamente, es como tener un interruptor para tu cerebro, pero sin necesidad de enchufarlo a 220v.
¿Es seguro? Según la empresa, sí. ¿Es raro? Absolutamente. ¿Queremos probarlo? Un poquito, la verdad.
Este tipo de tecnología se llama “neuromodulación no invasiva”, y aunque suena a experimento de laboratorio soviético, ya está en el mercado. Y por si te lo preguntabas: no, no hay evidencia concluyente de que sea más efectivo que una siesta o una buena playlist de los Bee Gees.
Lo que sí es seguro: no deja de ser un dato irrelevante… que te hace levantar una ceja.